Ataques de ira test

¿Qué tipo de ira tengo?

En una encuesta realizada por la Fundación para la Salud Mental, el 32% de las personas afirmaron tener un amigo o familiar cercano que tenía problemas para controlar su ira y el 28% de las personas afirmaron estar preocupadas por el enfado que sienten a veces.

A pesar de que los problemas de ira pueden tener un efecto tan perjudicial en nuestra vida familiar, laboral y social, la mayoría de las personas que los padecen no piden ayuda. En la misma encuesta de la Fundación para la Salud Mental, el 58% de las personas dijo no saber dónde buscar ayuda.

Si la ira incontrolada desemboca en violencia doméstica, o en un comportamiento amenazante dentro de su hogar, hable con su médico de cabecera o póngase en contacto con una organización dedicada a la violencia doméstica, como Refuge, Scottish Women’s Aid, Abused Men in Scotland, The LGBT Domestic Abuse Project o Survivor Scotland.

Ataques de ira bipolares

Los ataques de ira son intensos y repentinos que se asemejan a los ataques de pánico, pero que carecen de los efectos predominantes de miedo y ansiedad asociados a los ataques de pánico. Suelen producirse en situaciones en las que un individuo se siente emocionalmente atrapado y experimenta arrebatos de ira que posteriormente el paciente describe como poco característicos e inapropiados para la situación en cuestión. Los ataques de ira constan de características tanto conductuales como autonómicas, y se han diseñado varios criterios y un cuestionario de ataques de ira para identificar la presencia de estos ataques. La prevalencia de los ataques de ira en los pacientes deprimidos es aproximadamente del 30% al 40%, y los ataques han desaparecido en el 53% al 71% de los pacientes deprimidos tratados con fluoxetina, sertralina o imipramina. Este artículo analiza el desarrollo del concepto de ataques de ira, la presencia de ataques de ira en la depresión y otros trastornos psiquiátricos, y el tratamiento actual de los ataques de ira.

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Test de ira multidimensional

Los sentimientos de ira o los actos violentos pueden estar relacionados con muchas dificultades subyacentes, como la depresión, la ansiedad, las adicciones y otros problemas de salud mental. Muchas personas pueden tener dificultades subyacentes de baja autoestima grave, así como problemas de desconfianza. Algunas personas también pueden tener una historia de abuso físico, sexual o emocional en el pasado. Puede haber muchas características intercaladas que han llevado a alguien a desarrollar dificultades para el manejo de la ira.

Ahora estamos reanudando la terapia presencial para los pacientes existentes en nuestra red de hospitales y centros de bienestar, además de seguir ofreciéndola a distancia para los nuevos pacientes. Se puede acceder a la terapia a distancia, junto con las evaluaciones de los consultores, a través de nuestro servicio de terapia en línea Priory Connect y a través de Skype.

Si bien es importante que la ira, entre otras emociones, no se retenga, mantener el control sobre la ira es crucial para mantener la calma, y asegura que las expresiones externas de ira no tengan un impacto negativo en sus relaciones. La emoción de la ira es totalmente natural, y es habitual sentirse enfadado cuando se ha sido maltratado o agraviado. El que estas respuestas se traduzcan en estallidos de ira, depende de cómo la manejes; ante todo, la ira se vuelve peligrosa cuando te causa daño a ti o a los demás. Los problemas de gestión de la ira pueden llevar a la pérdida de un trabajo, a la ruptura de relaciones y a condenas penales.

Depresión y ataques de ira

Dr. Steiner: La ira suele ser la más infravalorada e incomprendida de nuestras emociones. A partir de 1970, nuevas investigaciones se centraron en la ira y demostraron que no sólo era extremadamente común en todas las personas, sino que tenía una importante tarea asignada: señala que estamos siendo amenazados, que estamos en peligro y que necesitamos protegernos a nosotros mismos, a nuestros seres queridos y a lo que nos pertenece por derecho. La ira también es un motivador primordial: cuando sentimos que ya es suficiente, solemos vernos impulsados a actuar.

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Dr. Steiner:  La ira y su rama ejecutiva -la agresión- se han conservado en nosotros durante miles de años. Esto suele significar que la conservación genética ha mantenido algo vivo porque es adaptativo y útil. Pero para que se conviertan en herramientas útiles en nuestro contexto social, ambas necesitan ser podadas, moldeadas y convertidas en un paquete socialmente aceptable. Este proceso lleva muchos años durante la infancia. Se necesita una educación paciente y un modelo prosocial para que esto ocurra. El resultado final debería ser un sistema suave de varias capas para la regulación de la interacción social cuando se está atacando.