Signos y síntomas de angustia
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Es habitual sentir síntomas de estrés antes o después de una crisis. Las catástrofes naturales y las provocadas por el hombre pueden tener un impacto devastador en la vida de las personas, ya que a veces causan lesiones físicas, daños materiales o la pérdida de la vivienda o el lugar de trabajo. Cualquiera que vea o experimente esto puede verse afectado de alguna manera. La mayoría de los síntomas de estrés son temporales y se resuelven por sí solos en un periodo de tiempo bastante corto. Sin embargo, para algunas personas, sobre todo niños y adolescentes, estos síntomas pueden durar semanas o incluso meses y pueden influir en sus relaciones con familiares y amigos. Los signos de advertencia más comunes de la angustia emocional son:
Para quienes han vivido una catástrofe natural o provocada por el hombre, el aniversario del suceso puede renovar los sentimientos de miedo, ansiedad y tristeza. Ciertos sonidos, como las sirenas, también pueden desencadenar angustia emocional. Estas y otras sensaciones ambientales pueden llevar a las personas de vuelta al desastre, o hacerles temer que esté a punto de repetirse. Estos “acontecimientos desencadenantes” pueden ocurrir en cualquier momento.
El estrés y la angustia pueden ser causados por
Es habitual sentir síntomas de estrés antes o después de una crisis. Las catástrofes naturales y las provocadas por el hombre pueden tener un impacto devastador en la vida de las personas, ya que a veces causan lesiones físicas, daños materiales o la pérdida de la vivienda o el lugar de trabajo. Cualquiera que vea o experimente esto puede verse afectado de alguna manera. La mayoría de los síntomas de estrés son temporales y se resuelven por sí solos en poco tiempo. Sin embargo, para algunas personas, sobre todo niños y adolescentes, estos síntomas pueden durar semanas o incluso meses y pueden influir en sus relaciones con familiares y amigos. Los signos de advertencia más comunes de la angustia emocional son:
Para quienes han vivido una catástrofe natural o provocada por el hombre, el aniversario del suceso puede renovar los sentimientos de miedo, ansiedad y tristeza. Ciertos sonidos, como las sirenas, también pueden desencadenar angustia emocional. Estas y otras sensaciones ambientales pueden llevar a las personas de vuelta al desastre, o hacerles temer que esté a punto de repetirse. Estos “acontecimientos desencadenantes” pueden ocurrir en cualquier momento.
Síntomas de malestar emocional
El malestar mental (o malestar psicológico) es un término utilizado, por algunos profesionales de la salud mental y usuarios de los servicios de salud mental, para describir una serie de síntomas y experiencias de la vida interna de una persona que suelen considerarse preocupantes, confusas o fuera de lo normal. La angustia mental puede provocar un cambio de comportamiento, afectar a las emociones de una persona de forma negativa y afectar a sus relaciones con las personas que le rodean.
Ciertas experiencias vitales traumáticas como: el duelo, el estrés, la falta de sueño, el consumo de drogas o alcohol, las agresiones, los abusos o los accidentes pueden inducir angustia mental. Esto puede ser algo que se resuelva sin más intervención médica, aunque las personas que soportan estos síntomas durante más tiempo tienen más probabilidades de ser diagnosticadas de enfermedad mental. Esta definición no está exenta de controversia, ya que algunos profesionales de la salud mental utilizan indistintamente los términos angustia mental y enfermedad mental[1].
Algunos usuarios de los servicios de salud mental prefieren el término angustia mental para describir su experiencia, ya que consideran que capta mejor el sentido de la naturaleza única y personal de su experiencia, a la vez que facilita la relación con ella, ya que todo el mundo experimenta angustia en diferentes momentos. El término también encaja mejor con el modelo social de la discapacidad.
Efectos de la angustia
La relación covariante entre el malestar individual y las interacciones de pareja justifica el desarrollo de un sistema para clasificar los comportamientos interaccionales de la pareja. Este sistema se propone como una alternativa al sistema del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (p. ej., 4ª ed.; DSM-IV; Asociación Americana de Psiquiatría, 1994), cuyos problemas incluyen la dependencia de modelos lineales de causalidad, la clasificación ateórica de los síndromes individuales, y la escasa validez predictiva y utilidad del tratamiento. Estas dificultades pueden resolverse utilizando un modelo alternativo de clasificación de las interacciones de pareja, al menos para muchos individuos y parejas con problemas. Se presenta un ejemplo de modelo para clasificar las interacciones de pareja (incluyendo el comportamiento individual angustiado). Se discuten los beneficios potenciales de la consistencia teórica, las estrategias implícitas de emparejamiento del tratamiento, el aumento de la validez predictiva y la mejora de la utilidad del tratamiento de dicho sistema de clasificación alternativo, junto con las directrices para el desarrollo y la prueba de las alternativas de clasificación de las interacciones de pareja a la nosología del DSM.