Cómo prevenir el estrés
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El gráfico representa el efecto del aumento del estrés en el rendimiento del organismo. Cuanto más bajos sean los niveles de estrés en el cuerpo, menos probable será que el modelo de carga alostática tenga un efecto significativo sobre el cerebro y la salud. Sin embargo, un aumento de los niveles de estrés provoca un aumento del estrés en el cerebro y en la salud de las personas, lo que hace más probable que el cuerpo tenga efectos significativos en la homeostasis y provoque el colapso de los sistemas corporales.
La carga alostática es “el desgaste del cuerpo” que se acumula cuando un individuo está expuesto a un estrés repetido o crónico. El término fue acuñado por Bruce McEwen y Stellar en 1993. Representa las consecuencias fisiológicas de la exposición crónica a una respuesta neuronal o neuroendocrina fluctuante o aumentada que resulta del estrés crónico repetido o prolongado.
El término forma parte del modelo de regulación de la alostasis, en el que se atribuye al cerebro la regulación predictiva o la estabilización de las sensaciones internas en respuesta a los estímulos[3]. La alostasis implica la regulación de la homeostasis en el cuerpo para disminuir las consecuencias fisiológicas en el organismo[4][5]. La regulación predictiva se refiere a la capacidad del cerebro para anticiparse a las necesidades y prepararse para satisfacerlas antes de que surjan[3].
El estrés afecta a la salud
En general, cada persona tiene su propia manera de afrontar el estrés, incluyendo técnicas únicas que ayudan a aliviar el estrés que se pueda acumular. Sin embargo, algunas personas experimentan un estrés para el que no encuentran una liberación adecuada, o pueden experimentar el estrés con tanta frecuencia que se convierte en una carga emocional que afecta a su forma de llevar la vida. Estos síntomas pueden hacer que la persona acabe desarrollando una depresión o un trastorno de ansiedad. Detección de los primeros signos de estrés Técnicas de autocuidado para cuando se sienta estresado: Tratamiento de los síntomas del estrés En los casos en que los niveles de estrés de una persona están afectando significativamente a su vida diaria o a la de los que le rodean, es fundamental acudir a una cita con un psiquiatra para recibir el asesoramiento y el tratamiento adecuados. Los psiquiatras ofrecen las siguientes formas de tratamiento:
Cómo afecta el estrés al organismo
¿Sabías que hay tres zonas principales del cuerpo que suelen mantener la tensión? Todos nosotros tenemos lugares preferidos en nuestro cuerpo en los que nuestro dolor, preocupaciones y miedos se expresan más fácilmente en forma de tensión muscular. Las tres zonas clave del cuerpo que tienen el potencial de verse más afectadas por las fuerzas emocionales son el suelo pélvico, el diafragma y la mandíbula.
Muchos de ustedes han experimentado tensión en el cuello y la mandíbula y tensión en la espalda baja. Esto puede ser impulsado principalmente por las emociones. Si lo pensamos de esta manera, las experiencias placenteras normalmente nos harán relajarnos, energizarnos y expandirnos. Por el contrario, las experiencias desagradables normalmente nos harán contraer, estar más tensos y posiblemente incluso deprimidos. Debemos reconocer que este estrés o tensión muscular que mantenemos en estas tres áreas primarias es subconsciente y que, en lugar de limitarse a tratar el síntoma, tenemos que centrarnos en cuál es la causa raíz. ¿Hay alguna otra forma de expresar tus emociones? La meditación, la atención plena, el yoga, llevar un diario, y hablar con un amigo o con un psicólogo son realmente poderosos y a menudo necesarios. Voy a hablar de algunos “bio hacks” rápidos que pueden ayudar a tratar estas tensiones y que, con suerte, te harán sentir bien.
Cómo afecta el estrés a tu cerebro
Stephanie Eckelkamp es una escritora y editora que ha trabajado para importantes publicaciones de salud durante los últimos 10 años. Es licenciada en periodismo por la Universidad de Siracusa, con especialización en nutrición.
Los científicos disponen ahora de más pruebas que nunca que revelan la íntima y entrelazada relación entre la mente y el cuerpo. Lo vemos en la influencia de la salud intestinal sobre nuestra salud mental, pero también en las manifestaciones físicas muy reales del estrés psicológico y los traumas en el cuerpo -tensión, palpitaciones, temblores, dolor-, especialmente en los traumas que no han sido completamente procesados o incluso reconocidos por la persona que los ha sufrido. Quizás el ejemplo más extremo de cómo el trauma puede afectar al cuerpo: Según una investigación realizada por la doctora Kelly Turner, los enfermos terminales de cáncer que han experimentado una remisión inesperada -superando su enfermedad contra todo pronóstico- suelen citar la liberación del estrés emocional o del trauma como uno de los factores clave de su curación.
Esto ha llevado a algunas personas a especular que los traumas no procesados se “almacenan” no sólo en la mente subconsciente y la memoria, sino en todo el ser físico, y que, además de las modalidades más tradicionales, como la terapia cognitiva conductual, algún tipo de estímulo físico o el tacto pueden ser útiles para liberarlos. Pero, ¿qué opinan los expertos? ¿Podría ser esta la razón por la que, por ejemplo, algunas personas empiezan a llorar espontáneamente durante una sesión de masaje o acupuntura sin ninguna razón aparente? Es una idea interesante, así que preguntamos a investigadores, psiquiatras y sanadores su opinión sobre por qué puede ocurrir algo así, si el trauma puede, de hecho, almacenarse en el cuerpo, y las formas más seguras de liberarlo.