Ansiedad constante
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Todo el mundo tiene ansiedad de vez en cuando, pero la ansiedad crónica puede interferir en su calidad de vida. Aunque quizás sea más reconocida por los cambios de comportamiento, la ansiedad también puede tener graves consecuencias en su salud física.
A corto plazo, la ansiedad aumenta su respiración y su ritmo cardíaco, concentrando el flujo sanguíneo en su cerebro, donde lo necesita. Esta respuesta tan física te prepara para afrontar una situación intensa.
Los trastornos de ansiedad pueden producirse en cualquier etapa de la vida, pero suelen empezar en la mediana edad. Según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), las mujeres tienen más probabilidades de sufrir un trastorno de ansiedad que los hombres.
Las experiencias vitales estresantes también pueden aumentar el riesgo de padecer un trastorno de ansiedad. Los síntomas pueden comenzar inmediatamente o años después. Tener una enfermedad grave o un trastorno por consumo de sustancias también puede provocar un trastorno de ansiedad.
El trastorno de ansiedad generalizada se diagnostica cuando la preocupación extrema por una serie de cosas dura seis meses o más. Si se trata de un caso leve, es probable que pueda realizar sus actividades cotidianas normales. Los casos más graves pueden tener un profundo impacto en su vida.
El cerebro de la ansiedad
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, unos 40 millones de adultos estadounidenses padecen algún tipo de trastorno de ansiedad. La ansiedad suele ser una parte normal de la vida. Hablar en público, las entrevistas de trabajo o incluso conocer a alguien por primera vez pueden aumentar el ritmo cardíaco y respiratorio y/o enviar una oleada de flujo sanguíneo al cerebro que induce sentimientos de ansiedad.
Su cuerpo es capaz de soportar breves ráfagas de esta respuesta física, ya que le está preparando para afrontar una situación estresante. Sin embargo, tras un periodo prolongado, los trastornos de ansiedad pueden tener efectos negativos importantes en la salud y el bienestar físico, relacional y mental en general, así como en la capacidad de funcionar en el trabajo.
Aunque la ansiedad es silenciosa, no deja de tener efectos. Al igual que uno no necesita saber cómo funciona la electricidad, todavía puede ver su efecto. Del mismo modo, puede ser la causa silenciosa y no identificada en los trastornos del sueño, los diagnósticos gastrointestinales y el estrés, todos ellos factores que repercuten negativamente en la salud.
Síntomas físicos de la ansiedad por la salud
Culpe a su sistema nervioso autónomo. Se trata de un sistema del cuerpo que no se controla conscientemente, pero que regula cosas como el ritmo cardíaco, la respiración, la micción y la función sexual. También es el sistema que reacciona cuando estás bajo una amenaza física. El sistema nervioso autónomo produce su respuesta de lucha o huida, que está diseñada para ayudarle a defenderse o a huir del peligro.
Para algunas personas, esta situación es el inicio de un círculo vicioso. “La ansiedad y el estrés producen por sí mismos estos síntomas físicos y, además, tu reacción a esos síntomas puede empeorarlos. Cuanto más te concentras en ellos, más te alarmas y más intensos se vuelven tus síntomas”, dice el Dr. Barsky. “Puede llegar a estar realmente fuera de control y volverse tan incómodo que tal vez no puedas hacer mucho más que sentarte y preocuparte”.
Es posible que te obsesiones tanto con los efectos físicos de tu estado de ansiedad que ni siquiera te des cuenta de que estabas ansioso para empezar, dice el Dr. Barsky. Entonces, ¿cómo saber si la ansiedad está causando sus síntomas? Y si lo es, ¿cómo puede sentirse mejor? El Dr. Barsky ofrece algunos consejos para ayudarle a interrumpir este ciclo.
Diferentes tipos de ansiedad
Si bien es normal cierto grado de ansiedad, por ejemplo cuando se empieza un nuevo trabajo o se estudia para un examen importante, las personas que padecen trastornos de ansiedad se enfrentan a una cantidad abrumadora de miedos y preocupaciones que alteran la vida cotidiana normal. Los trastornos de ansiedad son un grupo de trastornos mentales que hacen que algunos niños, adolescentes, adultos y adultos mayores se sientan muy asustados, temerosos, intranquilos y angustiados en situaciones cotidianas que normalmente no evocarían una respuesta de ansiedad. Los trastornos de ansiedad no tratados pueden tener consecuencias extremadamente negativas que pueden afectar a toda la vida cotidiana de una persona: es posible que no pueda trabajar, ir a la escuela o tener relaciones sociales normales. Los trastornos de ansiedad más comunes son:
El trastorno de pánico implica sentimientos de terror intenso que surgen de la nada y se producen repetidamente, sin previo aviso. Las personas que padecen un trastorno de pánico pueden sentir que se asfixian, que les da un ataque al corazón y que se vuelven locas. Para evitar estos ataques de pánico, las personas con trastorno de pánico pueden empezar a evitar salir a multitudes o a lugares en los que no se sienten seguros.