Test de claustrofobia
Contenidos
La claustrofobia es un tipo de agorafobia. A las personas con agorafobia les preocupan las situaciones en las que no hay una forma fácil de escapar o de conseguir ayuda si se ponen muy nerviosas. Otros tipos de agorafobia son el miedo al transporte público, a los espacios abiertos, a las multitudes y a estar solo en el exterior.
La claustrofobia puede hacer que las personas se sientan muy incómodas y ansiosas en espacios cerrados. Los ataques de pánico pueden ser muy aterradores y pueden ser tan intensos que una persona puede intentar evitar las situaciones en las que se ha producido un ataque.
Las personas con claustrofobia pueden cambiar su comportamiento y sus rutinas por el miedo a sufrir un ataque de pánico. En casos graves, algunas personas pueden sentirse incapaces de salir de casa. Si esto ocurre, busque ayuda.
Si le han diagnosticado una forma de ansiedad, como la claustrofobia, su médico puede aconsejarle que pruebe primero un tratamiento psicológico (terapias de conversación), como la terapia cognitivo-conductual (TCC).
Ataque de pánico de la nada
La claustrofobia es el miedo a los espacios cerrados. Puede desencadenarse por muchas situaciones o estímulos, como los ascensores, especialmente cuando están abarrotados, las habitaciones sin ventanas y las habitaciones de hotel con puertas cerradas y ventanas selladas. Incluso las habitaciones con cerradura en el exterior, los coches pequeños y la ropa ajustada al cuello pueden inducir una respuesta en las personas con claustrofobia. Se suele clasificar como un trastorno de ansiedad, que a menudo da lugar a ataques de pánico. La aparición de la claustrofobia se ha atribuido a muchos factores, como la reducción del tamaño de la amígdala y el condicionamiento clásico.
Un estudio indica que entre el 5 y el 10% de la población mundial padece claustrofobia grave, pero sólo un pequeño porcentaje de estas personas recibe algún tipo de tratamiento para el trastorno.
La claustrofobia está clasificada como un trastorno mental y conductual, [1] específicamente un trastorno de ansiedad. Los síntomas suelen desarrollarse durante la infancia o la adolescencia[2]. Se cree que la claustrofobia suele tener un síntoma clave: el miedo a la asfixia. En al menos uno, si no varios, de los siguientes ámbitos: habitaciones pequeñas, aparatos de resonancia magnética o de TAC, coches, autobuses, aviones, trenes, túneles, cuevas submarinas, sótanos, ascensores y cuevas.
Fobia a los agujeros
La claustrofobia suele definirse como el miedo irracional a los espacios cerrados. Puede ser racional tener miedo a estar atrapado cuando existe una amenaza real. Sin embargo, en la claustrofobia, las personas experimentan miedo incluso cuando no existe un peligro obvio o real en una situación concreta. Las personas que sufren claustrofobia suelen evitar los espacios cerrados, como ascensores, túneles, trenes subterráneos, puertas giratorias, aseos públicos y escáneres de resonancia magnética. A algunas personas incluso no les gusta llevar cascos de seguridad. Por desgracia, la evitación puede reforzar el miedo.
La claustrofobia puede surgir de un trauma puntual a cualquier edad, desarrollarse en la infancia (por ejemplo, al crecer con uno o varios padres claustrofóbicos) o surgir a medida que la persona envejece. Alrededor del 10% de la población puede sufrir claustrofobia a lo largo de su vida.
Qué ocurre en el cuerpo durante un ataque de pánico
Descargo de responsabilidad del contenido El contenido de este sitio web se proporciona únicamente con fines informativos. La información sobre una terapia, un servicio, un producto o un tratamiento no respalda en modo alguno dicha terapia, servicio, producto o tratamiento y no pretende sustituir el consejo de su médico o de otro profesional sanitario registrado. La información y los materiales contenidos en este sitio web no pretenden constituir una guía completa sobre todos los aspectos de la terapia, el producto o el tratamiento descritos en el sitio web. Se insta a todos los usuarios a que busquen siempre el asesoramiento de un profesional de la salud registrado para obtener un diagnóstico y respuestas a sus preguntas médicas y para determinar si la terapia, el servicio, el producto o el tratamiento concretos descritos en el sitio web son adecuados en sus circunstancias. El Estado de Victoria y el Departamento de Salud no asumirán ninguna responsabilidad por la confianza que cualquier usuario deposite en los materiales contenidos en este sitio web.