Por qué estoy triste
Contenidos
Hay muchos tipos de emociones que influyen en nuestra forma de vivir y de relacionarnos con los demás. A veces, puede parecer que estamos gobernados por estas emociones. Las decisiones que tomamos, las acciones que realizamos y las percepciones que tenemos están influidas por las emociones que experimentamos en cada momento.
En los años 70, el psicólogo Paul Eckman identificó seis emociones básicas que, según él, se experimentan de forma universal en todas las culturas humanas. Las emociones que identificó fueron la felicidad, la tristeza, el asco, el miedo, la sorpresa y la ira. Más tarde amplió su lista de emociones básicas para incluir cosas como el orgullo, la vergüenza, el bochorno y la excitación.
El psicólogo Robert Plutchik propuso una “rueda de emociones” que funcionaba de forma parecida a la rueda de colores. Las emociones pueden combinarse para formar diferentes sentimientos, al igual que los colores pueden mezclarse para crear otras tonalidades.
Según esta teoría, las emociones más básicas actúan como bloques de construcción. Las emociones más complejas, a veces mezcladas, son mezclas de estas más básicas. Por ejemplo, emociones básicas como la alegría y la confianza pueden combinarse para crear el amor.
Cómo no estar triste
La tristeza no suele ser valorada en nuestra cultura actual. Los libros de autoayuda promueven los beneficios del pensamiento positivo, la actitud positiva y los comportamientos positivos, etiquetando la tristeza como una “emoción problemática” que hay que mantener a raya o eliminar.
Sin embargo, la evolución debe haber tenido algo más en mente, o la tristeza no estaría todavía con nosotros. Estar triste de vez en cuando sirve para ayudar a nuestra especie a sobrevivir. Sin embargo, mientras que otras de las llamadas “emociones negativas”, como el miedo, la ira y el asco, parecen claramente adaptativas -preparando a nuestra especie para huir, luchar o evitar, respectivamente-, los beneficios evolutivos de la tristeza han sido más difíciles de entender… hasta hace poco.
Con la llegada de las imágenes de resonancia magnética funcional y la proliferación de investigaciones sobre el cerebro, los científicos han empezado a averiguar más sobre cómo funciona la tristeza en el cerebro e influye en nuestros pensamientos y comportamientos. Aunque la felicidad sigue siendo deseable en muchas situaciones, hay otras en las que un estado de ánimo ligeramente triste confiere importantes ventajas.
Depresión vs. tristeza
La tristeza es un dolor emocional asociado a, o caracterizado por, sentimientos de desventaja, pérdida, desesperación, pena, impotencia, decepción y tristeza. Una persona que experimenta tristeza puede volverse callada o letárgica y alejarse de los demás. Un ejemplo de tristeza grave es la depresión, un estado de ánimo que puede provocar un trastorno depresivo mayor o un trastorno depresivo persistente. El llanto puede ser un indicio de tristeza[1].
La tristeza es una experiencia común en la infancia. A veces, la tristeza puede conducir a la depresión. Algunas familias pueden tener la norma (consciente o inconsciente) de que la tristeza “no está permitida”,[3] pero Robin Skynner ha sugerido que esto puede causar problemas, argumentando que con la tristeza “tapada”, las personas pueden volverse superficiales y maníacas.[4]: 33, 36 El pediatra T. Berry Brazelton sugiere que reconocer la tristeza puede facilitar que las familias aborden problemas emocionales más graves.[5]: 46, 48
La tristeza forma parte del proceso normal del niño que se separa de la simbiosis temprana con la madre y se vuelve más independiente. Cada vez que el niño se separa un poco más, tiene que enfrentarse a una pequeña pérdida. Si la madre no puede permitir la pequeña angustia que supone, es posible que el niño nunca aprenda a afrontar la tristeza por sí mismo[4]: 158-9 Brazelton sostiene que animar demasiado al niño devalúa la emoción de la tristeza para él[5]: 52 y Selma Fraiberg sugiere que es importante respetar el derecho del niño a experimentar una pérdida de forma plena y profunda[6].
Qué causa la depresión
La tristeza es un estado emocional caracterizado por sentimientos de infelicidad y bajo estado de ánimo. Se considera una de las emociones humanas básicas. Es una respuesta normal a situaciones que son molestas, dolorosas o decepcionantes. A veces estos sentimientos pueden ser más intensos, mientras que en otros casos pueden ser bastante leves.
A diferencia de la depresión, que es persistente y duradera, la tristeza es temporal y transitoria. Sin embargo, la tristeza puede convertirse en depresión. Ser capaz de distinguir entre la tristeza normal y la depresión puede animarte a tomar medidas y buscar recursos para mejorar tu estado de ánimo.
Si experimenta estos síntomas, puede sentirse inclinado a “aguantar” y esperar a que se le pase. Sin embargo, cuanto antes reconozca estos signos, antes podrá buscar ayuda y cambiar su situación.
Su médico utilizará una serie de técnicas para determinar si lo que siente es tristeza o depresión normal. A menudo, esto implica hacer preguntas o pedirle que rellene un cuestionario sobre el tipo de síntomas que está experimentando, el tiempo que lleva sintiéndolos y la gravedad de los mismos.