¿Por qué se produce la ansiedad?

¿Es peligrosa la ansiedad?

La ansiedad es la respuesta física del cuerpo a una amenaza o a la percepción de una amenaza. Provoca palpitaciones, respiración acelerada, mariposas en el estómago y una explosión de energía, así como respuestas mentales como temores excesivos, preocupaciones o pensamientos obsesivos.

Todo el mundo experimenta ansiedad de vez en cuando. Nos ayuda a evitar el peligro dándonos energía y alerta para escapar. Pero para algunas personas, los sentimientos de ansiedad no desaparecen. Pueden ver las situaciones como algo mucho peor de lo que realmente son, y su ansiedad afecta a su capacidad de concentración, de dormir y de realizar las tareas habituales. Estos sentimientos pueden estar causados por trastornos de ansiedad.

En cualquier momento, si sientes que puedes hacerte daño o tienes pensamientos suicidas, llama a una ambulancia al triple cero (000). También puedes hablar con tu familia o amigos, con tu médico o llamar a un servicio telefónico como Lifeline en el 13 11 14, disponible las 24 horas del día.

La ansiedad puede afectar a la capacidad de concentración, de sueño y de realización de las tareas habituales en el trabajo, la casa o la escuela. Las personas con trastornos de ansiedad suelen sentir que tienen que evitar las situaciones estresantes y, en casos extremos, evitar salir por completo.

Qué es la ansiedad

Todos hemos sentido ansiedad -el nerviosismo antes de una cita, un examen, una competición, una presentación-, pero ¿qué es exactamente? La ansiedad es la forma que tiene nuestro cuerpo de prepararse para afrontar un reto. Nuestro corazón bombea más sangre y oxígeno para que estemos preparados para la acción. Estamos alerta y realizamos las tareas físicas y emocionales con mayor eficacia. (Véase también Ansiedad ante los exámenes para obtener consejos sobre cómo afrontarlos).

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Es normal sentirse ansioso cuando nuestra seguridad, salud o felicidad se ven amenazadas; sin embargo, a veces la ansiedad puede llegar a ser abrumadora y perturbadora e incluso puede ocurrir sin ninguna razón identificable. Los ataques de preocupación excesivos y duraderos pueden reflejar un trastorno de ansiedad.

Cualquiera puede experimentar estos síntomas en momentos de estrés. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad pueden experimentarlos en ausencia de estrés, con síntomas más graves y/o con la aparición de varios síntomas juntos.

El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) se caracteriza por una preocupación y tensión crónicas y exageradas, mucho más que la ansiedad típica que la mayoría de la gente experimenta en su vida diaria. Las personas pueden presentar temblores, espasmos, tensión muscular, náuseas, irritabilidad, falta de concentración, depresión, fatiga, dolores de cabeza, mareos, falta de aire o sofocos.

Tratamiento de la ansiedad

Una encuesta de 2020 publicada por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) revela que “el 62% de los estadounidenses se sienten más ansiosos que en 2019”, dice Tonya Crombie, Ph.D., autora de Stop Worrying About Your Anxious Child. “Eso marca un aumento considerable con respecto a las encuestas de la APA de los [tres años anteriores], en las que el número ha oscilado entre el 32% y el 39%”.

“Si tenemos en cuenta los importantes factores de estrés provocados por una pandemia mundial, la incertidumbre económica, el malestar social y las amargas divisiones políticas, es completamente comprensible que haya tantas personas que se sientan más ansiosas que nunca”, afirma Crombie.

La aparición repentina de la ansiedad puede ser provocada por una gran cantidad de cosas -desde un acontecimiento importante, como una muerte en la familia, hasta factores de estrés cotidianos, como el trabajo o las preocupaciones presupuestarias-, pero a veces puede ser causada por nada en absoluto, o incluso por cuestiones de las que no se es consciente.

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“Nuestros cerebros están diseñados para vigilar el peligro y avisarnos cuando aparecen estas señales”, dice Karin Kassab, MA, psicóloga y directora general de Clarity Counseling Center. “Aunque a veces lo parezca, la ansiedad no es tu enemigo. Es tu cerebro tratando de mantenerte a salvo. Piensa en tu ansiedad como un sistema de seguridad demasiado sensible”.

Diferentes tipos de ansiedad

La ansiedad es una emoción que se caracteriza por un estado desagradable de agitación interior y que incluye sentimientos subjetivamente desagradables de temor ante acontecimientos previstos[1][2] Suele ir acompañada de comportamientos nerviosos como ir de un lado a otro, quejas somáticas y rumiación[3].

La ansiedad es una sensación de inquietud y preocupación, generalmente generalizada y desenfocada, como reacción exagerada ante una situación que sólo se percibe subjetivamente como amenazante[4]. Suele ir acompañada de tensión muscular,[5] inquietud, fatiga, incapacidad para recuperar el aliento, opresión en la región abdominal y problemas de concentración. La ansiedad está estrechamente relacionada con el miedo, que es una respuesta a una amenaza inmediata real o percibida; la ansiedad implica la expectativa de una amenaza futura, incluido el temor[5] Las personas que se enfrentan a la ansiedad pueden retirarse de situaciones que les han provocado ansiedad en el pasado[6].

Aunque la ansiedad es una respuesta humana normal, cuando es excesiva o persiste más allá de los periodos adecuados para el desarrollo, puede diagnosticarse como un trastorno de ansiedad. Existen múltiples formas de trastorno de ansiedad (como el Trastorno de Ansiedad Generalizada y el Trastorno Obsesivo Compulsivo) con definiciones clínicas específicas[7]. Parte de la definición de un trastorno de ansiedad, que lo distingue de la ansiedad cotidiana, es que es persistente y suele durar 6 meses o más, aunque el criterio de duración pretende ser una guía general que permite cierto grado de flexibilidad y a veces es de menor duración en los niños[5].