Problemas de ira
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La ira es una emoción normal que todo el mundo experimenta de vez en cuando. Hay muchas situaciones que pueden desencadenar sentimientos de ira, que pueden variar en intensidad desde una leve molestia hasta una profunda rabia.
Es cuando la ira se vuelve extrema, incontrolable o crónica cuando puede suponer un problema grave. Puede provocar un estrés que perjudique la salud o incluso afectar a las relaciones con otras personas. Por ello, es importante entender qué puedes hacer cuando te sientas enfadado para tener tus sentimientos bajo control.
Cuando la ira aparece, es fácil dejarse llevar por el calor del momento. El cuerpo suele entrar en un estado conocido como respuesta de lucha o huida, que ayuda a preparar al cuerpo para entrar en acción. Tu ritmo cardíaco aumenta y empiezas a respirar mucho más rápido.
Para tomar el control y reducir los sentimientos de ira, puede ser útil centrarse en la respiración. Concéntrese en hacer respiraciones lentas, profundas y controladas. En lugar de hacer respiraciones superficiales que sólo llenan el pecho, intenta hacer respiraciones más profundas que expandan también el vientre.
Cómo expresar la ira
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Por qué nos enfadamos
Gestión de la ira: Tus preguntas respondidasLa ira no siempre es mala, pero debe ser manejada adecuadamente. Considere el propósito de la ira y el mejor enfoque para el control de la ira.Por el personal de Mayo Clinic
La ira es una respuesta natural a las amenazas percibidas. Hace que el cuerpo libere adrenalina, que los músculos se tensen y que el ritmo cardíaco y la presión arterial aumenten. Es posible que los sentidos se agudicen y que la cara y las manos se enrojezcan.
Estar enfadado no siempre es malo. Estar enfadado puede ayudarte a compartir tus preocupaciones. Puede evitar que los demás te pasen por encima. Puede motivarte a hacer algo positivo. La clave es gestionar tu ira de forma saludable.
Hay muchos desencadenantes comunes de la ira, como la pérdida de la paciencia, la sensación de que tu opinión o tus esfuerzos no son apreciados y la injusticia. Otras causas de la ira son los recuerdos de acontecimientos traumáticos o enfurecedores y la preocupación por problemas personales.
También tienes desencadenantes de ira únicos, basados en lo que te enseñaron a esperar de ti mismo, de los demás y del mundo que te rodea. Tu historia personal también alimenta tus reacciones a la ira. Por ejemplo, si no te han enseñado a expresar la ira de forma adecuada, tus frustraciones pueden cocinarse a fuego lento y hacerte sentir miserable, o acumularse hasta explotar en un arrebato de ira.
¿Por qué me enfado tanto por cosas pequeñas?
En una encuesta realizada por la Fundación de Salud Mental, el 32% de las personas afirmaron tener un amigo o familiar cercano que tenía problemas para controlar su ira y el 28% de las personas afirmaron estar preocupadas por el enfado que sienten a veces.
A pesar de que los problemas de ira pueden tener un efecto tan perjudicial en nuestra vida familiar, laboral y social, la mayoría de las personas que los padecen no piden ayuda. En la misma encuesta de la Fundación para la Salud Mental, el 58% de las personas dijo no saber dónde buscar ayuda.
Si la ira incontrolada desemboca en violencia doméstica, o en un comportamiento amenazante dentro de su hogar, hable con su médico de cabecera o póngase en contacto con una organización dedicada a la violencia doméstica, como Refuge, Scottish Women’s Aid, Abused Men in Scotland, The LGBT Domestic Abuse Project o Survivor Scotland.