Resiliencia al estrés
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La idea de “resiliencia” ha entrado en la corriente principal de la vida. Investigadores de renombre como Brene Brown y Angela Duckworth han publicado sobre el tema. Pero mucha gente no entiende qué es la resiliencia.
Existe una interpretación errónea de que la resiliencia consiste en no tener miedo, ser duro o simplemente ser capaz de levantarse por los pelos. Estas percepciones erróneas son especialmente frecuentes en los círculos empresariales. Es un gran problema porque esta forma de pensar puede hacer que los líderes empresariales sean menos resilientes. Aclaremos esto.
La forma más fácil de entender la resiliencia es entender primero cómo se descarrila, y eso es a menudo a través de un proceso destructivo que yo llamo el “ciclo de miedo, adversidad, parálisis”. Así es como funciona. Cuando nos enfrentamos a la adversidad, todos sentimos miedo. Es un miedo a no ser capaces de superar la adversidad. Eso es perfectamente natural. El problema surge cuando el miedo se convierte en una parálisis que nos impide responder productivamente a la adversidad. Y la parálisis siempre conduce a más adversidad, ya sea que la adversidad original empeore o que surja una nueva.
Trauma de resiliencia
La resiliencia se ha utilizado para describir a personas y sistemas que se recuperan de experiencias negativas y perturbaciones. También se ha utilizado para referirse a los sistemas que sobreviven a las sacudidas, independientemente de que vuelvan o no a donde estaban antes, o a cualquier estado estable.
Aunque algunos han argumentado que la resiliencia es un concepto vacío, el uso generalizado de la idea de resiliencia en todas las disciplinas, sectores y profesiones sugiere que es un concepto necesario. La resiliencia está relacionada con el cambio. Y dado el rápido cambio que se está produciendo en el medio ambiente, la tecnología y la sociedad, el uso tan extendido del término refleja esta necesidad.
Sin embargo, esto lleva a algunas preguntas. ¿De dónde viene la idea de resiliencia y cómo se ha desarrollado? Y lo que es más importante, ¿cómo se puede utilizar el concepto para ayudarnos a navegar por un planeta que cambia rápidamente?
Según Ann Masten, profesora de la Facultad de Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Minnesota, la idea de la resiliencia “surgió en la ecología y la psicología, o en las ciencias sociales, más o menos al mismo tiempo [en la década de 1970] y de forma totalmente independiente”. El hilo conductor, dice Masten, es que implica interacciones dentro y entre sistemas complejos.
Teoría de la resiliencia
En este relato conmovedor y elocuente de los intentos de los miembros de la familia Dew por aceptar la homosexualidad del hijo mayor… Stephen emerge como un joven extraordinariamente resistente y consciente de sí mismo.
Los científicos intentan averiguar cómo la compleja estructura de esos cristales y polímeros y sus interacciones a nivel molecular dan lugar a materiales resistentes como conchas marinas, dientes y huesos.
Gran parte del dinero se destinaría a la prevención de incendios, incluyendo 482 millones de dólares para proyectos que creen paisajes más resistentes al fuego mediante una combinación de reforestación, raleo de bosques, quemas prescritas y programas de pastoreo de ganado.
El diseño de una estructura para resistir los vientos de los tornados implica dos pasos básicos, según Don Scott, que ha ayudado a desarrollar normas de construcción resistentes a los tornados en la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles.
Pero ese código está en proceso de actualización para incluir un capítulo sobre el diseño resistente a los tornados para empresas grandes y críticas, dijo David O. Prevatt, ingeniero de vientos de la Universidad de Florida.
Persona resiliente
Una pequeña pero intrigante encuesta realizada por un par de consultores británicos confirma la importancia de la resiliencia para el éxito empresarial. La mayoría definió la resiliencia como la capacidad de recuperarse de los contratiempos, adaptarse bien al cambio y seguir adelante ante la adversidad. Pero cuando Sarah Bond y Gillian Shapiro preguntaron a 835 empleados de empresas públicas, privadas y sin ánimo de lucro de Gran Bretaña qué estaba ocurriendo en sus propias vidas que les obligaba a recurrir a esas reservas, no señalaron tragedias como los atentados del metro de Londres, errores empresariales atroces, la necesidad de seguir el ritmo inexorablemente acelerado del cambio o los retos de la todavía difícil economía: señalaron a sus compañeros de trabajo.
Un enorme 75% de ellos dijo que la mayor merma de sus reservas de resiliencia era “gestionar a personas difíciles o la política de la oficina en el trabajo”. Le siguieron de cerca el estrés provocado por el exceso de trabajo y por tener que soportar las críticas personales.
Por el contrario, en “Firing Back: How Great Leaders Rebound After Career Disasters”, Jeffrey Sonnenfeld y Andrew Ward sugieren una alternativa más agresiva y centrada en el ego. A partir de sus entrevistas con 300 líderes descarrilados, destilan cinco pasos que, según ellos, cualquiera que intente recuperarse de una catástrofe profesional puede utilizar para igualar o superar sus logros pasados: decidir cómo defenderse; reclutar a otras personas para que te ayuden emocionalmente y consigan otro trabajo; no tener miedo de criticar a las personas que te han dejado marchar; animarse a intentarlo de nuevo; y encontrar una nueva misión que renueve tu pasión y cree un significado en tu vida.